14 de desembre 2006

Merry Christmas Mr. Lawrence.


Blanca Navidad. Alegres días, paz y prosperidad. Felicidad para todos.
En estos días el altruismo es el lema con el que se tiene que vivir. Sonreír por la calle, saludar a todo hijo de vecino con un “Feliz Navidad”, ser amable, pausado, generoso. También se puede ser amable, pausada, generosa.
Pensar sin agobios, con alegría dicharachera, en tus amigos, en tus familiares. Comprarles regalos sin esperar que te regalen nada.
Comprar muérdago para besar a todos tus allegados cuando vengan a tu casa al invititarlos a una copa de cava (nada de champange, aquí fem país).
Ir por la calle abrigados con el abrigo, la bufanda, el gorro, con frío pero sin prisas. ¿Qué te encuentras a alguien? Te paras y le preguntas sinceramente cómo le va la vida, cómo está su pareja, sus hijos, su trabajo. Y si tardas media hora más es igual. Tardas más pero con una sonrisa en la cara, alegre por saber de tus semejantes, alegre por preocuparte por ellos, feliz por todo.
Los niños esperan durante todo el año ansiosamente ésta época del año. Porque ven que durante estas semanas sus padres no se pelean, hay comida abundante en la mesa, hay reuniones familiares alrededor de la mesa surtida, ven a tíos, tías, primos, primas y demás familiares que no ven el resto del año. Y por los regalos, claro.
La gente adulta (físicamente), también espera la Navidad. La espera para poder sonreír, para poder abrazar y ser abrazados. Esperan la alegría. Recuerdan los buenos tiempos pasados, recuerdan su niñez con Torrebruno con nostalgia. Recuerdan los regalos que recibieron, la felicidad que les dieron.
Quedar con los amigos después de comer, para tomar un café que va a durar hasta las 8 de la noche, hablando, solucionando el mundo y sonriendo... por las copitas y el cava, claro. Comer y comer, esos deliciosos manjares que las madres, las esposas, y algún que otro maridito mañoso han preparado durante horas y horas. Para disfrutar de los tuyos alrededor de una mesa.
Y todo esto, es debido, es gracias, a una sola persona. Es gracias al hijo de Dios que se sacrificó en su momento por todos nosotros. Por eso honramos su memoria en el aniversario de su nacimiento. Por eso en estas fechas tan señaladas, las iglesias se llenan. Se llenan de abuelos, abuelas, padres, madres, tíos, tías, hermanos, hermanas, hijas, hijas, sobrinos, sobrinas, etc... Todos juntos, con sus familiares y con sus amigos, van a la iglesia. A rezar. A rezar por el hijo de Dios y por nosotros. Para que éste espíritu de navidad no se pierda el resto del año. Para que todo el año sea igual. Feliz, alegre, dichoso...
Por eso mismo, amigos míos, queridos hermanos, sólo os pido una cosa:
Rezad.
Rezad por quien queráis.
Rezad por esta felicidad, por esta alegría.
Pero sobretodo, rezad porque llegue enero.
Porque en enero se abre la veda, ya puedes volver a ser un cabrón, ya puedes ir a por esos hijos de puta.

P.S: Estic trist. Trist perqué Pinochet a mort. Sense patir.
P.P.S: ¡Y un par de huevos duros!