24 de maig 2007

Catatónico

Debido a problemas personales que me han dejado en un estado catatónico profundo, no voy a escribir hasta nueva orden, o hasta que tenga ganas.

PS: Qué bonica és la pel·lícula Casablanca...

14 de maig 2007

La Gran Musa.

A veces me siento delante del ordenador durante horas pensando (es un decir) en el tema principal del siguiente post. A veces, cómo comentaba en otro post, sencillamente me viene la luz y me sale de una tirada el cuerpo principal sin tener que pensar (eso que nunca hago, lo de pensar, quiero decir), pero realmente, y tal y cómo los grandes escritores y autores de tiras cómicas, la vida real es la mejor musa de todas. Y es verdad. No hay nada mejor que salir a la calle (a pasear, para ir a buscar a la novia, para quedar con los amigos, para ir a trabajar, para lo que sea) y en vez de cerrar los ojos y taponarte los oídos, te pones a observar y escuchar la gente que hay a tu alrededor. Hay días que sólo oyes bocinazos y recuerdos nada amables de conductores para con otros conductores. Otros días, sencillamente no oyes nada. A veces oyes cosas, pero no despiertan el interés del alma bloguera que anida en el interior. Pero hay días que los astros se alinean. Que los dioses son benevolentes. Y la musa aparece. Aparece en forma de chavalín mentalmente menor de edad en el metro dando clases de "choricismo" a otro coleguita. O aparece en forma de Latin Kings (que no confundir con los Gipsy Kings, aunque den la misma grima). O sencillamente, aparece enfundada en el cuerpo de una mujer mayor hablando con amigas de la misma quinta esperando el autobús...

Qué si, que eso va así. no se puede buscar un porqué tangible, pero cuando estás apoyado en un vagón del metro, y oyes ese tono "quillo-garrulo", no lo puedes evitar: El radar, el sonar, los pabellones auditivos y todos tus sentidos dejan cualquier otra cosa en la que estuvieran para oír, aprender y (normalmente), descifrar lo siguiente que vas a oír. Porqué nadie me negará que oír a un habitante que tenía todas las trazas de ser un "santako-powa" adoctrinar a otro de su ¿calaña?, y explicarle que cuando robas algo, "tienes que ir sin el carné para que no te pillen, illo, ya que si te pillan sin carné, al no saber quien eres, no te pueden hacer nada" es toda una manifestación de que el mundo está cambiando, pero no para bien. Y que por una vez, el cambio climático no tiene la culpa. Creo. Claro que cuando tu neurona está procesando tal salvajada (que aunque nos duela, la policía no es tonta, y si hace falta, sabe hacer que te duela hasta partes del cuerpo que ni sabías que existían y hasta reconoces que mataste a Kennedy con un tirachinas manufacturado en Moscú), pierdes el hilo de la conversación ante tamaños portentos (en algo lo serán, aunque sea en hacer puentes, y no me refiero a que sean ingenieros de puentes y caminos), y cuando lo siguiente que escuchas es que "el caballo de Troya, que lo hicieron los grecoromanos, cómo se hizo para terminar con una guerra de exterminio, por eso es el símbolo universal de la paz". Lo primero a comentar a tal efervescencia de sabiduría mundana es reconocer que me sorprendió que ese energúmeno supiera la existencia siquiera de los grecoromanos, cultura ancestral donde las haya, y que dominó durante milenios esa parte del mundo que ahora se conoce como Australia. Sobre Troya (cuanto mal ha hecho la película) y la guerra de exterminio, me niego a opinar, ya suficiente se ha dicho sobre el genocidio troyano. Lo siguiente que me plantee fue: "O estos tipos en su vida han visto un caballo, o en su vida han visto cualquier símbolo de la paz." Ya sea ese circulito con unas rayitas que recordaban a la Mercedes-Benz que los comeflores pusieron de moda allá en los sesenta y que algunos iluminados relacionan con Nerón (emperador pacífico donde los haya, entre ataque psicótico y ataque musical), cuando era la moda bañarse todos juntos en barrizales, o ese palomo cojo con una rama de olivo, tan de moda últimamente por Israel.

La verdad es que, cuando sales del metro aún alucinando, no crees que la musa pueda regalarte más poder escritoril, pero si. Es cuando ves a unos cuantos sudamericanos (y en el saco también incluyo los centroamericanos, pero soy así de vago y sólo digo sudamericanos) vestidos como los brothers del Bronx. O de Harlem. O de Los Angeles, Chicago, Detroit... Esos pantalones anchos que cabrían tres de ellos en cada pernera. Ese gorro en la cabeza que indefectiblemente me recuerda a Mammy diciendo "Señorita Calata, señorita Calata". La gorra al revés que nadie (ni tan siquiera ellos) saben el porqué de llevarla así, en vez de con la visera delante, que es cuando cumple su única función. Esos andares chulesco-simiesco (quien los haya visto andar y haya visto "El planeta de los simios" me dará la razón), esas gesticulaciones manuales y digitales que recuerdan a un napolitano con Parkinson... Todo eso sólo me puede plantear una idea. La mayoría de sudamericanos (y en el saco también incluyo los centroamericanos, pero soy así de vago y sólo digo sudamericanos), y no es ningún secreto, vienen para aquí porque sus países están fatal económicamente, socialmente, que si guerrillas, que si presidentes "raros", etc... Tampoco es ningún secreto que si Centroamerica y Sudamerica está cómo está, es gracias a la ayuda del país de la libertad y la democracia. El país en que cualquiera puede ser presidente (hecho demostrado, por desgracia del resto de la humanidad). Iu e sei. Así que, toda la gente tiene que irse de sus países destrozados por ITT's y similares, y a sus hijos sólo se les ocurre vestir a la moda yanqui... Y mi pregunta es: ¿Alguien estará haciendo algo mal?

Y cuando mis divagaciones me hacen volver a la realidad, me encuentro cerca de mi casa, andando y esquivando defecaciones caninas, creo que por fin, he visto la luz y tengo un nuevo post. Pero la sorpresa final que me guarda la musa de la realidad se convierte en una mujer de unos setenta años, hablando con sus amigas pandilleras, mientras esperan un autobús. La verdad es que a los setenta años, pocas personas se salvan de la quema. Quiero decir, a esas edades, pocas mujeres encuentro guapas. Señores, menos aún. Al menos para mí. Pero si que a veces ves una mujer mayor, y te dices: "Esa mujer de joven tenía que ser una preciosidad". Bueno, pues esa mujer, no entraba en esa categoría. Era fea a esa edad, y cuando tuvo veinte la pobre era igual de fea. Era una mezcla entre Rossi de Palma y Gracita Morales, con un "jenesecuá" a Alfredo Amestoy. Que a ver, Alfredo Amestoy no es que sea excesivamente feo. Como hombre es pasable. Pero como mujer es un cardo. Y de altura no hablemos, que le sacaba un palmo a Torrebruno. Con tacones de un palmo. Pues así era la mujer. Adornada con un abrigo de pieles, que le brillaba como si lo hubiera rociado con laca cinco minutos antes. Con pulseras de oro que tenían toda la pinta de ser de cualquier metal menos de oro. No excluyo de la lista el plomo. La falda directamente era un tubo negro que parecía la funda de una farola, y los zapatos parecían diseñados por Albert Speer. Y justo en el momento que paso a su lado, oigo una de las mejores frases que he oído nunca. No sólo por el contenido en si, sino por el tono de voz en que lo decía, mezcla de firmeza, seguridad, y un pelín de melancolía... "Decidí y me juré a mi misma que le daría mi primer beso al hombre de mi vida, y así me puse a buscarlo".
Y si, reconozco que entonces mi lado oscuro, mi sonrisa sarcástica, afloraron desde lo más profundo de mi ser, para girarme y preguntarle dulcemente: ¿Así que usted es la responsable de la emigración masiva masculina a Alemania por allá los años 60, no?


PS: Si li busques 3 peus al gat, vigila que no et trobis una esgarrepada.